Río de Janeiro vivio una de las matanzas más sangrientas de su historia: la cifra aumenta a 132 muertos

Un operativo policial de gran escala en Río de Janeiro dejó un saldo alarmante de muertos y reavivó la discusión sobre la intervención federal en la seguridad de la ciudad.


El operativo se llevó a cabo en los complejos de favelas Complexo da Penha y Complexo do Alemão, donde se concentraba la actividad del grupo criminal Comando Vermelho, una de las bandas de narcotráfico más poderosas del país. Participaron aproximadamente 2.500 agentes de policía.

Según distintos informes, al menos 64 personas murieron, aunque algunas fuentes elevan la cifra hasta 132 víctimas. Muchos cuerpos fueron hallados en calles y zonas boscosas cercanas a las favelas, algunos con indicios de ejecución.

Ante la magnitud de la violencia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva analiza la posibilidad de desplegar a las Fuerzas Armadas en la ciudad bajo la figura de Garantía de Ley y Orden (GLO), un mecanismo constitucional que permite la intervención militar en situaciones excepcionales de seguridad pública.

El operativo ha generado preocupación por la elevada cantidad de muertos y por posibles ejecuciones extrajudiciales. La situación también provocó tensiones políticas: el gobierno del estado de Río acusa a la administración federal de no haber brindado apoyo militar oportuno.

Este episodio se convierte en uno de los operativos más letales de la historia reciente de Río de Janeiro y plantea interrogantes sobre el futuro de la seguridad urbana en la ciudad y la posible intervención de las fuerzas federales.

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