Alejandro Sciarra Caubarrere abogado de Cardama: vínculos políticos con Lacalle padre y el Partido Nacional

El abogado Alejandro Sciarra Caubarrere, representante legal en Uruguay del astillero español Cardama, se transformó en una figura de interés político tras conocerse sus estrechos vínculos familiares con figuras del oficialismo y del entorno del expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, padre del actual mandatario.


Sciarra Caubarrere, especialista en derecho marítimo, portuario y aduanero, fue contratado por Cardama para defender a la empresa en el marco del polémico contrato por las patrulleras oceánicas destinadas a la Armada Nacional. Sin embargo, su rol profesional quedó en segundo plano cuando se supo que es padre del exministro de Desarrollo Social Alejandro Sciarra Marguery y consuegro del senador y exministro del Interior Luis Alberto Heber, histórico dirigente del Partido Nacional y uno de los hombres más cercanos al propio Lacalle padre.

Estos lazos colocan a Sciarra en una posición particularmente sensible, ya que tanto Heber como Lacalle Herrera forman parte del núcleo político más tradicional del herrerismo, sector que durante décadas tuvo una fuerte influencia en el aparato del Estado. Para la oposición, esta red de vínculos genera dudas sobre la transparencia del proceso de adjudicación de las patrulleras a Cardama, que fue impulsado durante la actual administración de Luis Lacalle Pou, heredero político de ese mismo sector.

Desde el oficialismo, sin embargo, se ha intentado minimizar el tema, asegurando que Sciarra Caubarrere actúa como abogado particular de una empresa privada, sin injerencia del gobierno ni participación directa de sus familiares. Aun así, la situación reavivó la discusión sobre los vínculos entre política y negocios, especialmente en torno a los apellidos históricos del Partido Nacional.

El caso Cardama, que mezcla intereses empresariales, relaciones familiares y poder político, podría transformarse en un nuevo foco de tensión para el gobierno. La cercanía de Sciarra con figuras emblemáticas del lacallismo y su papel como defensor del astillero español lo ubican en el centro de un escenario donde la línea entre lo jurídico y lo político parece cada vez más delgada.

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